
Fausto Pretelin Muñoz de Cote
Editor y columnista en El Economista. Maestro en Dirección Internacional.
Obsesionarse por la ficción inevitablemente terminará por impactar en la realidad.
AMLO, actuando como emperador de Latinoamérica castigó a Perú por tener una Constitución que contempla el juicio de destitución presidencial. ¿Cómo es posible?, dijo Obrador en uno de sus shows de prensa. Su Constitución permite que el Congreso destituya a sus presidentes, recalcó en un acto injerencista con los que él dijo no estar de acuerdo. Y no, no fue un acto en contra de un indígena y modesto profesor de escuelas rurales, Pedro Castillo, anteriormente fueron destituidos varios presidentes, inclusive, uno de ellos, Alan García, se suicidó el día en que la policía ingresó a su casa.
AMLO, emperador de América Latina, se enojó con Panamá por no haber dado el beneplácito a un personaje acusado de varios acosos sexuales.
Pero regreso a Perú. A AMLO no le importó el efecto de su berrinche contra Perú. No quiso percatarse que su decisión de sultán terminaría por afectar la Alianza del Pacífico, el primer mecanismo de cooperación desideologizado, creado por Colombia, Chile, Perú y México.
Modelado con el espíritu de la Unión Europea, la Alianza del Pacífico potenciaría la relación entre los cuatro países: libre circulación, intercambio de estudiantes, proyectos de cooperación, libre comercio, incentivos para las inversiones.
Decenas de países se interesaron en la propuesta. Algunos más levantaron su mano para mostrar su interés en ingresar. Pero todo ello se vino abajo por el desinterés de AMLO y por sus pataleos contra Perú.
¿Le preocuparon a AMLO las externalidades negativas que su berrinche generó en la Alianza del Pacífico? ¿Hace cuántos años quedó estacionado el mecanismo multilateral más allá de actos cosméticos?
¿AMLO regresó a la cuenta de la Tesorería la parte proporcional de su sueldo correspondiente a la política exterior?
Ahora es la presidenta Claudia Sheinbaum quien, sin pudor alguno, abandona la política exterior del país. Y no solo eso, emula a su mentor en cuanto a las emociones que le representa apoyar a las dictaduras latinoamericanas.
NI AMLO ni Sheinbaum debaten públicamente su cariño por el régimen cubano.
AMLO ayudó a Maduro porque el chavismo ayudó económicamente a AMLO. Amor con amor se paga.
Ahora, Sheinbaum tampoco debate públicamente sus alianzas en el exterior. No es el Gobierno quien revela las transferencias energéticas y económicas de México hacia Cuba.
El presidente Luis Abinader respondió de manera brillante a una pregunta sobre la ausencia de Sheinbaum en la Cumbre de las Américas que se llevará a cabo en la República Dominicana los días 4 y 5 de diciembre: Sin comentarios.
Las mismas palabras de Sheinbaum sobre el premio Nobel de la Paz, María Corina Machado.
Ha nacido el mecanismo Alianza contra la Democracia: Cuba, México, Nicaragua y Venezuela.
Es el primer mecanismo instrumentalizado por los gobiernos de Morena.




