Xóchitl en Texas

Rodrigo Montes de Oca Arboleya
Investigador en el Centro para los Estados Unidos y México del Instituto Baker de Políticas Públicas en la Universidad de Rice en Houston, Texas.
Xóchitl Gálvez eligió Texas para pasar el último día para el registro de simpatizantes del Frente Amplio por México (FAM) que podrán votar en la consulta del 3 de septiembre. Sorprende que su primera gira a Estados Unidos haya sido a un lugar ubicado a 10 minutos de The Woodlands, un suburbio ubicado al norte de Houston conocido por la gran cantidad de mexicanos de clase media y alta que residen ahí. Sin duda esto no fue una mera coincidencia. Las firmas recabadas en el extranjero –principalmente en EEUU- o, como ella lo señala, el estado 33 de la República Mexicana, le otorgó 70 mil de las 555 mil firmas que obtuvo para pasar como primer lugar a la siguiente ronda del proceso interno de la oposición. La senadora señaló que las firmas provenientes del extranjero únicamente fueron inferiores a las recabadas en Ciudad de México y Querétaro. En la elección presidencial de 2018, López Obrador obtuvo el 65% del voto en el extranjero lo que equivale a 63,863 votos de los 98,470 votos que se recibieron para la Presidencia de la República. Esto muestra que el voto en el extranjero será crucial para la elección de 2024. En general, desde el año 2000, los mexicanos en el extranjero han optado por el ganador de la contienda federal.
La zona de The Woodlands no es extraña para Xóchitl. A pocos kilómetros se encuentra la notoria “casa gris” que habitó José Ramón López Beltrán, el primogénito del presidente López Obrador, y su familia. En agosto de 2022, la senadora publicó un video donde aparece frente a la “casa gris” denunciando en ese momento que habían pasado siete meses sin que existiera una investigación del probable conflicto de interés entre un integrante de la familia presidencial y un alto directivo de una empresa de energía, Baker Hughes, que tiene millonarios contratos con Pemex. Este escándalo posicionó a Xóchitl como una de las pocas personas dispuestas y capaces de enfrentar al presidente López Obrador y sacarlo fuera de su zona de confort. El escándalo de la “casa gris” ha sido de las investigaciones periodísticas que más han durado en el vertiginoso ciclo de noticias en México. Y uno de los pocos escándalos que han pegado en la línea de flotación del barco presidencial, aunque su desenlace fue el mismo de siempre: impunidad.
El evento titulado “Texas, platícale a Xóchitl” no es diferente al resto de eventos de campaña políticas que vemos en otros partidos, pues son eventos producidos que siguen un guion y dejan poco espacio para la sorpresa e improvisación. Desde antes del evento se define quién participa, quién pregunta y qué pregunta. Es por esto que en contadas ocasiones los aspirantes a la candidatura enfrentan preguntas incómodas. A pesar de esto el evento de Xóchitl destaca por varios elementos.
El primero es la frescura de la candidata. En todo momento a la senadora se le nota alegre y cómoda frente del público. Xóchitl no intenta imitar o emular a algún político. Se siente auténtica. Sus orígenes y trayectoria, así como su lenguaje, la forma en que se expresa y cuenta su historia, conectan con la audiencia–en especial con las mujeres. De hecho, gran parte de su éxito dependerá de su capacidad de conectar con las mujeres mexicanas. Estos elementos son parte de su fortaleza, y lo que la blinda de los ataques presidenciales hacia la oposición—incluyendo el famoso “fifí” o “mafia del poder.” No sorprende entonces que Xóchitl habla de su historia personal en todos los foros y la embona en la estructura de sus presentaciones. Sobresalen otros aspectos importantes en su discurso. Primero, destaca el saludo en lengua indígena—una voz ausente todavía hoy en la política mexicana. Segundo, llama la atención su lucha personal en contra del machismo—un aspecto poderoso ante la condición de la mujer mexicana y el horror de los feminicidios. Tercero, cautiva su historia de cómo la educación universitaria cambió su vida, los frutos de aprender código y lenguaje de programación—lo que contrasta con el discurso presidencial de que los pobres no pueden levantarse de su condición y que el papel del Estado es “cuidarlos.” Cuarto, sorprende su narrativa de cómo se defendió con un cautín ante una agresión sexual—algo que muchas personas viven en México todos los días. Y, quinto, cautiva la narrativa de todos los obstáculos que ha superado para llegar a ser una destacada empresaria y política. Xóchitl no solamente habla de muchas de las problemáticas sociales del país de hoy, sino que las encarna en su vida personal. La senadora también relata otras historias menos conocidas como que el presidente López Obrador, junto con Claudia Sheinbaum y Andrés López Beltrán, hijo del presidente, acudieron a su casa a invitarla a unirse al proyecto de la “cuarta transformación.” Xóchitl declinó, como si intuyera que ese proyecto no rendiría fruto. Asimismo, señala, aunque de forma somera, que su hermana está en la cárcel y que otro de sus hermanos es general del ejército—pero hasta en esto representa los vaivenes de miles de familias mexicanas. Esta introducción tan dramática permite a la audiencia conocer la vida y trayectoria de la senadora e identificarse con alguna de sus anécdotas y experiencias personales.
Después, la senadora pasa a la crítica de una administración ya en su ocaso, y luego a su propuesta de futuro—todavía en construcción. Xóchitl coincide con el presidente López Obrador que el principal problema en México son la pobreza y la desigualdad y asegura que, en caso de ser presidenta, no cortará los apoyos económicos que el presidente López Obrador brinda a las personas adultas mayores, a las madres trabajadoras, y a los jóvenes. Sin embargo, deja claro que estos programas sociales tendrán nuevas reglas y que no será la entrega de efectivo la única forma de implementarlos. Encierra en sus comentarios la idea de que la mejor forma de ayudar a este segmento social mexicano es la institucionalización del estado social mexicano, que va más allá de dar dinero por aquí y por allá, sin estrategia ni rendición de cuentas. Esto lleva a Xóchitl a prometer el regreso de las estancias infantiles, las escuelas de tiempo completo, la educación para niños con discapacidad, la atención a la salud, y muchos otros programas que la administración de López Obrador eliminó de un plumazo. Y luego reitera las eternas propuestas políticas que jamás se han materializado: un sistema universal de salud, internet en todo el país y clases de inglés en todas las escuelas.
La senadora afirmó ser la potencial candidata que mejor conoce el país y tener un plan de trabajo al que denominó Xochinomics. El plan es amplio, y creciente, y parte del diagnóstico que la senadora ha realizado de la situación del país a lo largo de estos años—al cual sigue abonando conforme recorre el país y escucha a los ciudadanos que buscan, otra vez, una esperanza de cambio. Asimismo, mencionó que sus Xochinomics facilitarán la llegada de las empresas internacionales que están relocalizando sus cadenas de producción en México, fenómeno al que se le ha denominado nearshoring. Xóchitl esbozó en forma de decálogo algunos puntos en los que se concentrará en caso de llegar a la presidencia:
- Fortalecimiento del Estado de Derecho. Que la ley se cumpla y existan reglas claras para los inversionistas
- Seguridad pública. Creación de una policía nacional con mando civil –no militar-y uso de inteligencia para el combate al crimen organizado
- Energía. Dejar los combustibles fósiles y concentrarse en las energías renovables
- Infraestructura. Restablecer los fideicomisos encargados del mantenimiento de la infraestructura
- Capital humano. Brindar la capacitación técnica necesaria para que los trabajadores cuenten con las habilidades para trabajar en las empresas
- Gasto responsable. No invertir los recursos en obras faraónicas que no van a tener los beneficios esperados como: Dos Bocas, Santa Lucía y el Tren Maya
- Macroeconomía: La senadora reconoce el manejo responsable de la macroeconomía por parte del presidente López Obrador y señala continuar con el mismo
- Desarrollo con identidad regional. Tomar en cuenta que el país es diverso y que la identidad regional es crucial para lograr desarrollo económico
- Sistema de protección social universal. La eterna propuesta basada en que no que no solo los que tengan un trabajo formal puedan tener acceso a la seguridad social
- Reducción de desigualdad. La senadora mencionó que los ricos deben, quieren y pueden contribuir más
Por momentos, la senadora perdió de vista que la mayoría de su audiencia eran residentes de un suburbio donde el 28% de su población tiene un ingreso por casa de más de 4 millones de pesos por año. Tal vez centrar su discurso en su estrategia en seguridad pública hubiera conectado más con esta audiencia—especialmente porque muchos de ellos huyen precisamente de la inseguridad que hoy azota al país y buscan mejores bienes y servicios para sus familias, los cuales no pueden obtener en México a pesar de pagar impuestos. En efecto, muchas de las personas que acudieron al evento han salido de México por la inseguridad, dejando a sus familiares y a sus empresas en el país, pero siguen profundamente conectados a México y buscando formas de ayudar al país. Esto no escapa a la senadora, sin embargo, Xóchitl planteó cuestiones novedosas como el uso de tecnología blockchain en los trámites gubernamentales y telemedicina para brindar atención médica a las comunidades indígenas. A estas se añaden muchas propuestas novedosas—como de futuro, pero a las cuales muchos países ya se han ido sumando y en las cuales México ya va tarde.
Sin duda, falta conocer más acerca de sus propuestas. No creo que esta primera visita al extranjero fuera el momento electoral oportuno para que la senadora detallara cada una de ellas. Al final, todavía estamos en la etapa inicial de la contienda por la presidencia. Pero ya se puede ver que poco a poco se han ido sumando equipos de especialistas en las diferentes áreas que Xóchitl menciona. Es evidente que estos deben de estar trabajando en darle más contenido y profundidad a sus Xochinomics. Esto se reflejó en los últimos foros regionales en León y Guadalajara donde la senadora profundizó más sobre las propuestas.
Otro elemento que destacó en su visita a Houston fue la falta de acompañamiento de miembros de los partidos integrantes del FAM. Esas grandes comitivas de legisladores y líderes de los partidos que siempre acompañan a los potenciales candidatos brillaron por su ausencia. Ante un cuestionamiento de por qué se le veía tan sola, la senadora contestó que los partidos políticos integrantes del FAM la veían como una outsider, pero que si éstos querían ganar la tenían que apoyar. Al día siguiente del evento, Santiago Creel declinó a su favor y en la misma semana el PRD dio su apoyo a la senadora. Xóchitl tenía razón el buen paso que lleva generó que el PAN y el PRD cerrarán filas en torno a su candidatura. Cada vez queda más claro que si gana Xóchitl, ganan todos. Si pierde, pierden todos. Las apuestas suben.
En política no hay coincidencias. El equipo de Xóchitl decidió bien al escoger Texas y The Woodlands para su primera visita a EEUU. Hay un nuevo tipo de migración a los Estados Unidos integrada por familias que buscan seguridad, certeza jurídica, y oportunidades que no encontraron en su país—y no hay que olvidar que existen doce millones de mexicanos que pueden votar en una elección presidencial en México. Este gigante no ha despertado, pero sigue siendo un potencial. Esta diáspora de empresarios y profesionistas tuvo la oportunidad de conocer a una candidata diferente—una persona que en muchas formas contrasta con sus propias historias personales, pero que igual los entusiasma. En esta coincidencia es donde se encuentra el potencial de su candidatura. Mejor aún, Xóchitl se siente alejada del derrotismo que dominaba a la oposición hasta hace poco. En el discurso de la senadora, por ejemplo, no se escucha que la batalla es únicamente para combatir una potencial mayoría de Morena en el Congreso. Xóchitl habla de ganar y eso ofrece esperanza de victoria. Xóchitl va por la grande. Sin duda, la potencial candidata necesitará del apoyo de la comunidad mexicana en Estados Unidos para lograr la presidencia y por lo que se vio en Houston, ya dio el primer paso.