Funeral del papa Francisco
(y de la diplomacia
mexicana)

Fausto Pretelin Muñoz de Cote
Editor y columnista en El Economista. Maestro en Dirección Internacional.
No tendrá elevada probabilidad la existencia de un evento global que reúna a más de 50 líderes de Estado durante el resto de su sexenio.
Lo que sí es muy probable son los siguientes argumentos en el que, uno de ellos o los tres, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum sostendría su equivocada decisión de ausentarse en el funeral del papa Francisco.
- El continuismo de la política exterior que AMLO le heredó: “la mejor política exterior es la interior”. Se trata de una visión etnocéntrica cuyo costo es vivir en el engaño a través de la construcción del siguiente axioma: México es el mejor país del mundo porque es soberano; no es necesario viajar al exterior.
- Las peticiones que le ha hecho el presidente Trump no son suficientes para relajar las tensiones ni las amenazas. Trump es insaciable.
El mensaje publicitario de la Secretaria de Seguridad de EU Kristi Noem cayó como una cubetada de agua fría en Palacio Nacional. “La cabeza fría” tuvo un límite.
Fue la presidenta Sheinbaum la que recomendó a Trump lanzar una campaña publicitaria en contra del consumo del fentanilo. En el camino, Trump decidió lanzar una campaña publicitaria en la televisión mexicana desincentivando la migración hacia Estados Unidos.
Bajo este argumento, Sheinbaum no quiso encontrarse con Donald Trump. Grave error, un evento de Estado global es mucho más importante para un país como México, que haberse topado con Trump. - El veneno heredado por AMLO a Sheinbaum en el área diplomática es el siguiente: la política exterior dogmática y no de Estado. Por el bien del país y de la propia presidencia mexicana, Sheinbaum debería de abandonar esta postura que solo genera rezago en materia diplomática.
No sería difícil que AMLO le recomendara enviar a un representante al funeral del papa Francisco. AMLO fue un personaje lejano a la Iglesia católica. Pero más allá de una referencia de distanciamiento, durante su sexenio la confrontó: AMLO tuvo varios roces con representantes católicos que cuestionaron y criticaron su política de seguridad. El asesinato de los jesuitas de la iglesia de Cerocahui, en la sierra Tarahumara, “tensó las relaciones entre el gobierno y la Iglesia católica, señalando que el presidente debía cambiar su estrategia de seguridad de “abrazos, no balazos” (Proceso, 22 de abril de 2025).
La realidad no siempre le gustó a AMLO, sobre todo en temas de seguridad. ¿Qué presidente prima su popularidad sobre los 200 mil asesinados en su sexenio? “Yo pienso que a México el diablo lo castiga con mucha bronca”, dijo el papa Francisco a la periodista de Televisa Valentina Alazraki en el 2020.
La falta de horas-gimnasio en diplomacia, por una parte, y un mal asesoramiento sobre protocolo, hicieron que la presidenta mexicana enviara a la persona equivocada a representarla en el funeral. Tuvo que haber enviado al Secretario de Relaciones Exteriores y no a la de Gobernación. El funeral fue de Estado para un jefe de Estado. Rosa Isela Rodríguez tiene a su cargo la relación con representantes de religiones, pero Juan Ramón de la Fuente representa a México en el exterior.
Un canciller que no viaja no es canciller. ¿Qué es Juan Ramón de la Fuente?
AMLO descendió a México a la segunda división de la diplomacia global. Muchos le aplaudieron. La presidenta Sheinbaum debería de hacer lo posible de regresar al país a la primera división.
(y de la diplomacia
mexicana)