RELACIONES MÉXICO Y CANADÁ: OTRA VEZ LAS VISAS

María Cristina Rosas

Profesora investigadora en el Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Preside el Centro de Análisis e Investigación sobre Paz, Seguridad y Desarrollo Olof Palme A. C. Es licenciada, maestra y doctora en Relaciones Internacionales, así como doctora en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).


México y Canadá celebran 80 años de relaciones diplomáticas este 2024. Tristemente, los vínculos bilaterales enfrentan distintas tensiones, bien sea por la política energética del gobierno mexicano, por los conflictos con las empresas mineras canadienses que operan en territorio nacional, por lo que se percibe como violaciones al Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) por parte de la administración de Andrés Manuel López Obrador y, ahora, por si fuera poco, por la reimposición por parte del gobierno canadiense de visas a los mexicanos (una vez más) que desean ingresar al país de la hoja de arce.

Las solicitudes de asilo de México a Canadá se han incrementado dramáticamente en los últimos años. Ello tiene causas multifactoriales, incluyendo el endurecimiento de las políticas migratorias de EEUU contra los mexicanos; los cambios que el primer ministro Justin Trudeau tras su arribo al gobierno, puso en marcha respecto a la política migratoria; la existencia de “gestores” de solicitudes de residencia, quienes cobran cantidades exorbitantes a los interesados -mexicanos u otros- y aprovechan la normatividad canadiense para asegurar residencias, al menos temporales mientras se procesan los trámites; las presiones de EEUU sobre Canadá por considerar que la enorme frontera que comparten los dos países norteamericanos (de 8 891 kilómetros) podría ser usada por los mexicanos para ingresar desde el territorio canadiense al estadunidense;[1] además del deterioro de la situación de seguridad y de creciente intolerancia en México.[2] Asimismo, la opinión favorable de la población canadiense respecto a la inmigración ha cambiado, esto debido a que en 2023, por primera vez en la historia del país, el crecimiento demográfico fue de un millón de personas o de un 2. 7 por ciento, cifra de la que el 96 por ciento, corresponde a la inmigración.[3]

La política migratoria de Canadá es distinta de la estadunidense y cuenta con disposiciones para apoyar financieramente a los solicitantes de asilo y refugio mientras se define su situación. Incluso se les concede un permiso de trabajo mientras se determina si su solicitud procede. La ausencia de una política migratoria común entre México, Estados Unidos y Canadá, tema planteado desde las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por la parte mexicana previo a 1994, ha hecho su parte para que el problema se acentúe más, por lo que ponderar criterios homologados para hacerle frente, podría ser la mejor solución, si bien en las condiciones actuales parece poco probable.

Canadá es el segundo país más extenso del mundo con 9 984 670 kilómetros cuadrados (o bien, cinco veces más grande que la República Mexicana), con una población de apenas 40 millones de habitantes. Debido a sus características geográficas y climáticas, la mayor parte de la población se concentra en el sur, a dos horas o menos de distancia de la frontera con Estados Unidos. En un territorio tan grande, existe una amplia variedad de recursos naturales y de actividades económicas para las que, históricamente, ha hecho falta mano de obra. Por eso la inmigración forma parte de la historia misma de Canadá y el futuro de ese país depende, como lo decía David Crane en 1992, de que, la inmigración no sólo continúe, sino que, inclusive se incremente sustancialmente –Crane sostenía en su libro The Next Canadian Century que los canadienses, como tales, podrían desaparecer en el transcurso del presente siglo, debido a las bajas tasas de natalidad imperantes.[4]

Pirámide demográfica de Canadá

Fuente: Statistics Canada.

Canadá es un país multicultural, si bien esa diversidad ha dado pie a políticas racistas que perviven al día de hoy. Por ejemplo, en el siglo XIX, los inmigrantes chinos debían pagar un impuesto al ingresar al país que no se aplicaba a otras nacionalidades. El 1 de mayo de 1947, el entonces primer ministro de Canadá Mackenzie King definía la política de inmigración del país en términos de exclusión, selectividad y la preferencia por ciertas nacionalidades en los siguientes términos:

La política del gobierno consiste en fomentar el crecimiento de la población de Canadá fortaleciendo la inmigración. El gobierno buscará a través de la legislación, la regulación y la administración rigurosa, asegurar la cuidadosa selección y asentamiento permanente del número de inmigrantes que puedan ser absorbidos ventajosamente por nuestra economía nacional… Respecto a la selección de inmigrantes, se ha hablado mucho de discriminación. Quiero dejar claro que Canadá está en su perfecto derecho de seleccionar a las personas a las que perciba como futuros ciudadanos deseables. No es “derecho humano fundamental” de ningún extranjero el ingreso a Canadá. Es un tema de política interna… Habrá el consenso general, estoy seguro, de que el pueblo de Canadá no desea, como resultado de la inmigración masiva, hacer un cambio sustantivo en el carácter de nuestra población. La inmigración a gran escala de Oriente cambiaría la composición fundamental de la población canadiense. Una considerable inmigración oriental ciertamente daría lugar a problemas sociales y económicos con característica que llevarían a serias dificultades en los terrenos de las relaciones internacionales.[5]

Así que la política del Canadá blanco se impuso y el desmantelamiento de esta visión wisupremacista comenzaría a cambiar a partir de 1967 con la introducción del sistema de puntos. Ello no significa, sin embargo, que las políticas racistas y de exclusión hayan desaparecido en el país. Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra EEUU, llevaron a que Canadá endureciera sus políticas migratorias, cometiendo abusos como se ha documentado ampliamente en el caso del ciudadano canadiense de origen sirio Maher Arar, quien en una escala de Túnez rumbo a Montreal -donde residía y trabajaba- fue detenido en Nueva York, donde sus derechos más fundamentales fueron violados, y fue deportado a Siria lugar en que padeció tortura física y mental, solo para que, transcurrido un año fuera liberado por el gobierno sirio y entregado a las autoridades de la embajada canadiense en Damasco, sin que quienes lo acusaron de tener vínculos con al-Qaeda pudieran demostrar nada.[6] De manera más reciente, en 2019, la provincia de Quebec aprobó la controvertida Bill 21, misma que prohíbe mostrar símbolos religiosos a funcionarios públicos de diversos orígenes étnicos, incluyendo cruces, turbantes, kipás y hiyabs. En 2021, en esa provincia, un profesor musulmán fue echado de su clase por portar una hiyab.[7]

En los últimos años, la opinión pública canadiense, considera que el país recibe demasiados inmigrantes. Baste mencionar que hace algunos meses, las autoridades habían anunciado como meta que en 2024 se le daría la bienvenida a 485 000 inmigrantes para convertirlos en residentes temporales y que las cifras para 2025 y 2026 serían de 500 mil. Pero que en 2023 la cifra de inmigrados a quienes se otorgó la residencia temporal llegara al millón, comenzó a hacer mella en los canadienses, quienes consideran que la presencia de más y más inmigrados contribuye a exacerbar problemas como la crisis de vivienda que aqueja al país y el bienestar social.[8]

La política migratoria de Canadá ha experimentado cambios en la historia. A la fecha, se pueden distinguir tres etapas, a saber:

  • La comprendida entre 1867 y 1967, que se caracterizó por restringir la inmigración a población blanca, cristiana y británica con la consecuente promoción del monoculturalismo;
  • La comprendida entre 1967 y 2000, en la que se introdujo un sistema de puntos para estimular el flujo de capital humano a efecto de seleccionar a los inmigrantes, en lugar de un criterio étnico o nacional y con enfoque multicultural; y
  • De 2000 a la fecha con una suerte de mercantilización de la inmigración, dependiente cada vez más de la fuerza de trabajo temporal, etapa donde también se observa la estigmatización de ciertos grupos de inmigrados, más el incremento de medidas de seguridad en la fronteras,[9] esto también como resultado de las preocupaciones de su vecino, Estados Unidos, ante los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.[10]

Fuente: Statista.

La inmigración es importante para Canadá. Siendo un país tan extenso y que cuenta con sectores tan importantes como el agrícola, el de las industrias extractivas y también el de los servicios que demandan de manera intensiva mano de obra, la inmigración ha probado ser de gran relevancia para mantener en funcionamiento la economía. Pero también es una manera de fortalecer demográficamente a las provincias y/o territorios. Tómese como ejemplo el caso de Quebec, que hacia 2022 ocupaba el tercer lugar entre los receptores de migrantes a nivel federal.

Quebec es la segunda provincia más poblada del país, con 8 948 540 habitantes (o bien, la quinta parte de la población total), sólo superada por su vecino Ontario, que cuenta con 15 801 768 habitantes, el cual, por cierto, históricamente es el destino de la mitad de todos los inmigrantes que recibe Canadá. Por lo tanto, la ecuación demográfica es fundamental para que Quebec pueda defender sus intereses en el seno de la federación, sea para gestionar el presupuesto y los subsidios que se le otorgan, sea para influir en el terreno electoral. Quebec pasó, en la segunda mitad del siglo pasado, de tener una de las tasas de natalidad más altas del mundo a una de las más bajas (1. 4 por ciento), por lo que la inmigración, ante una federación masivamente dominada por anglocanadienses, constituye, desde su óptica, una solución.

Fuente: Banco Mundial.

En Canadá, la inmigración es un asunto que comparten tanto la federación como las provincias y los territorios. Sin embargo, Quebec, ante la situación descrita, es la única provincia que asume plenamente esta responsabilidad, buscando equilibrar su perfil demográfico y lingüístico de cara a la federación. Por ello, Quebec ha desarrollado con el gobierno central, negociaciones que derivaron en un arreglo de tipo administrativo denominado Acuerdo Gagnon-Tremblay/McDougall, o bien Acuerdo Canadá-Quebec que le permite a la provincia francófona decidir la suerte de aquéllos inmigrantes que desean establecerse específicamente en Quebec, en tanto las otras dos categorías que prevé la legislación canadiense en el terreno de la inmigración (reunificación familiar e inmigración por razones humanitarias) seguirían siendo exclusivamente de la jurisdicción federal, aunque el acuerdo dispone que las autoridades federales consulten a las autoridades quebequenses sobre el particular. Con todo, cualquier decisión que tome la federación en materia de inmigración, provocará tensiones con Quebec, si bien este tema merece un análisis a detalle que no es el objetivo de la presente reflexión.

Fuente: Banco Mundial.

Características de la inmigración en Canadá

Canadá afirma que tiene una de las tasas per cápita más altas de inmigrantes a nivel mundial, situación que es visible en su diversidad étnica. En lo que va del siglo, se ha producido un aumento significativo en el número de inmigrantes que ha recibido Canadá. Así, mientras que en el período 2000-2001 el número de inmigrados fue de 252 527 personas, para el período 2022-2023 la cifra casi se había duplicado, llegando a 468 817 personas. Como se puede observar en el gráfico anexo, el salto cualitativo se produjo después de lo peor de la pandemia del SARS-CoV2, toda vez que en medio de todas las restricciones a la movilidad de las personas el país recibió en 2020-2021 a 229 314 personas, la segunda cifra más baja en lo que va del siglo, sólo detrás de la reportada en 2002-2003, correspondiente a otra situación epidemiológica que afectó sobre todo a la ciudad de Toronto, el primer coronavirus, SARS-CoV.

Fuente: Statistics Canada y Statista.

Entre el 1 de julio de 2022 y el 30 de junio de 2023, de los 468 817 inmigrados, 1017 865 ingresaron a Ontario, el destino más cotizado para quienes desean convertirse en residentes en el país de la hoja de arce. Es importante señalar que México no figura en las nacionalidades que más emigran a ese país, siendo en cambio, India, la República Popular China (RP China) y Filipinas, los principales proveedores. Otro dato a ponderar es que, según Statistics Canada, en 2021 el país fue muy equitativo en materia de género e inmigración, toda vez que 113 167 hombres y 113 036 mujeres ingresaron al país.

Fuente: Statista.

Como se sugería líneas arriba, la legislación canadiense prevé tres categorías principales de inmigrantes: los económicos (categoría que se subdivide en varios grupos, pero que en general se centra en mano de obra calificada que puede contribuir al desarrollo económico de Canadá), los refugiados (en función a consideraciones humanitarias), y la reunificación familiar (donde una persona que ya se estableció en el país norteamericano, puede mandar por su familia).

Desde los años 50, la tasa de inmigrantes económicos per cápita de Canadá ha sido más o menos constante. Los recién llegados a Canadá suelen ser recursos humanos calificados, con grados universitarios e inclusive con mayor educación que la media imperante en la población canadiense, dado que las autoridades federales han privilegiado dicho perfil en los inmigrantes, lo que marca una diferencia importante con Estados Unidos, donde muchos de los recién llegados carecen de calificación o ésta es muy baja. Canadá enfrenta, por lo tanto, un problema de validación de calificaciones y grados académicos, pero ese no es el desafío más serio para los recién llegados. Los profesionistas inmigrados compiten con los profesionistas canadienses en materia salarial y en muchos casos, los primeros deben aceptar empleos peor remunerados y por debajo de la experiencia profesional que poseen.

Cuando México, Estados Unidos y Canadá suscribieron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se instituyó la visa TN, la que permitiría que los profesionistas de un país signatario del acuerdo, pudieran emplearse en otro país suscriptor de dicho acuerdo. Las visas TN tienen una duración de tres años y pueden renovarse. Son vistas como una manera de enfrentar las necesidades de recursos humanos calificados en los tres países. Si bien esta posibilidad se perfilaba como una gran oportunidad para que los profesionistas mexicanos pudieran emplearse en Canadá, la realidad es que hacia 2001, sólo 101 connacionales habían podido ingresar al gigantesco país norteamericano con la visa TN, en tanto en 2016 Canadá había otorgado 691 visas TN a profesionistas mexicanos contra las 17 602 visas TN otorgadas a profesionistas estadunidenses. Al respecto, la homologación y acreditación de profesiones parece ser el mayor obstáculo para poder incrementar los números de mexicanos beneficiarios que deseen prestar sus servicios profesionales tanto en Canadá como en EEUU, si bien es claro que hay problemas con los idiomas inglés y francés y también la mayor homologación que existe entre profesionistas de EEUU y Canadá respecto a México. Es de destacar que bajo el nuevo tratado México, Estados Unidos, Canadá o TMEC, la visa TN se mantiene.[11] En 2022, un año en que se produjo una notable escasez de mano de obra calificada en EEUU, las autoridades de ese país expidieron 33 361 visas TN Para profesionistas mexicanos y canadienses.[12]

Un problema adicional para los inmigrados en Canadá es el desempleo. Aun cuando una persona logre la residencia, eso no le garantiza el empleo. Statistics Canada revela que los inmigrantes de más reciente ingreso al país tenían una tasa de desempleo del 8. 2 por ciento; los inmigrantes que arribaron hace 5-10 años tienen una tasa del 5. 8 por ciento; y aquellos que llegaron al país hace más de 10 años enfrentaban una tasa del 5. 1 por ciento. A manera de comparación, los nacidos en Canadá tenían una tasa de desempleo del 5 por ciento (en 2023). La tasa de desempleo más alta del país la registra Ontario.[13]

El deterioro de la calidad de vida de los inmigrantes económicos en Canadá se ha acentuado en los últimos años, y se le atribuye a diversos factores como deficiencias en el proceso de selección por parte de las autoridades; el reclutamiento de trabajadores para tareas peligrosas y difíciles pobremente remuneradas (por ejemplo en sectores como el de los hidrocarburos y la agricultura); la discriminación y el racismo; los incentivos de los programas sociales de Canadá, mismos que entran en conflicto con los objetivos de los programas de inmigración, etcétera.[14]

La legislación canadiense en materia de inmigración

Antes de 1947 no existía, legalmente, la ciudadanía canadiense como tal, debido a que Canadá forma parte de la Comunidad Británica de Naciones y sus residentes eran considerados British Subjects. Lo que había antes de la ley de ciudadanía era un conjunto de normas, como el Acta de Inmigración de 1910, el Acta de Naturalización de 1914, y el Acta de Nacionalidades Canadienses, siendo ésta última muy importante porque sentó las bases para que Canadá participara en la Sociedad de las Naciones y en la Corte Permanente de Justicia Internacional como miembro pleno.

El Acta de Ciudadanía Canadiense de 1946 que entró en vigor el 1° de enero del siguiente año, define al canadiense. Esta norma estuvo en vigor por espacio de tres décadas hasta que en 1976 se dio a conocer el Acta de Inmigración, durante el gobierno de Pierre Trudeau, abocada a definir quiénes podían ingresar a Canadá, eliminando categorías de exclusión específicas de personas –homosexuales, capacidades diferentes, etcétera- y creando en su lugar tipos de inmigrantes, esto es, refugiados, familiares, y migrantes independientes. Esta ley posibilitó la doble nacionalidad con muy pocas excepciones.

De manera más reciente, el parlamento canadiense aprobó la Bill C-11 mejor conocida como Acta de Inmigración y Protección de Refugiados, en vigor, en su mayor parte, desde el 28 de junio de 2002. Esta ley sustituye al Acta de Inmigración de 1976 y constituye la principal norma a cargo de regular la inmigración a Canadá. Entre sus disposiciones contempla consideraciones en materia de seguridad -recuérdese que, en el contexto de los atentados terroristas contra EEUU, la entonces Senadora suplente por Nueva York, Hillary Clinton, señaló sin ninguna prueba, que quienes perpetraron los ataques secuestrando aviones de pasajeros, ingresaron a la Unión Americana vía Canadá. También la ordenanza especifica la negación del ingreso al país de personas que hayan incurrido en crímenes graves, que hayan cometidos violaciones de derechos humanos o que formen parte de la delincuencia organizada.[15] En 2008, las autoridades canadienses aprobaron una ley encaminada a que el Ministro de Inmigración cuente con atribuciones para determinar los criterios de selección de los inmigrantes, ello en aras de favorecer el ingreso de personas calificadas en aquellas esferas en que más se requieren, económicamente hablando, en lugar de basarse exclusivamente en el sistema de puntaje y el perfil profesional que han sido las normas preferidas hasta ahora.

Decisión de Canadá de imponer visas a mexicanos en 2009

De las tres categorías principales que establece la legislación canadiense en materia de inmigración, una en particular, la categoría referida a refugiados ha sido invocada para justificar la decisión, dada a conocer el 13 de julio de 2009, de imponer visas a ciudadanos mexicanos y checos que desearan viajar al país norteamericano.

Como se sugería líneas arriba, el sistema canadiense para otorgar refugio es distinto del de Estados Unidos y otras naciones. En la Unión Americana, los solicitantes de asilo son detenidos y en esas condiciones deben esperar el veredicto de las autoridades respecto a si se les da o no refugio. En Australia existen campos de detención donde los solicitantes de asilo pueden estar hasta por varios años, antes de que el gobierno decida su situación. Ambas naciones han sido fuertemente criticadas por la comunidad internacional, por considerar que deberían prevalecer criterios más humanitarios en el otorgamiento de refugio a quienes lo solicitan. Tanto los estadunidenses como los australianos argumentan que los sistemas que poseen son efectivos y que se garantiza que los beneficiarios de refugio sean quienes genuinamente lo necesitan. Esto no significa que Canadá no arreste, a veces de manera injustificada a solicitantes de asilo. Baste mencionar que, por ejemplo, en 2015 había 685 solicitantes de asilo en las cárceles canadienses que pasaron, en promedio, 59 días tras las rejas y el 93 por ciento de ellos habían sido arrestados alegando que eran un peligro para la aviación o bien que no podían demostrar su identidad. Hacia 2022, el 17. 23 por ciento de las personas que poseen una residencia permanente son refugiados. Antes de la guerra civil en Siria, Colombia fue el país al que más residencias permanentes se le otorgó con la categoría de refugiados, debido a la longeva confrontación armada entre guerrilleros, paramilitares y autoridades.

En el sistema canadiense, los solicitantes de asilo reciben un apoyo gubernamental mientras se resuelve su caso –el tiempo de espera puede ser de hasta dos años-, además de que el interesado puede solicitar empleo en ese lapso. Esto, a todas luces, es atractivo para cualquier persona, porque además la decisión de las autoridades canadienses es lenta, y encima de todo existen evidencias de que aun cuando se resuelva negativamente un caso, hay numerosos canales para que el solicitante, al final, se quede en Canadá. Por lo tanto, aquí hay un doble problema: el sistema canadiense es permisivo y tolerante, y por el otro lado hay personas que lejos de tener un justificante para solicitar asilo, se aprovechan de la situación. Pero no hay que olvidar que Canadá posee uno de los sistemas de asilo y refugio más importantes del mundo, y asumir que todos los que solicitan entrar a ese país, argumentando razones humanitarias o compasivas, mienten, es irreal. Por otra parte, si Canadá se toma tanto tiempo para tomar una decisión, es porque intenta que sea lo más justa posible.

El problema es que el mundo ha cambiado mucho. En otras épocas, Canadá no era el primer puerto de entrada para los buscadores de asilo y refugio y existen numerosos estudios que documentan que, de hecho, Canadá era una “segunda opción” para aquellas personas que, habiendo intentado obtener ese estatus en Estados Unidos, no lo consiguieron. Hoy Canadá es el primer puerto de entrada para nacionales de gran parte de los países del mundo, y ello lleva a que Immigration and Citizenship Canada, que es el ministerio responsable de las políticas migratorias, se vea desbordado por tantas solicitudes. Sin ir más lejos: cada día hay decenas de vuelos directos entre las ciudades mexicanas y canadienses, lo cual es una buena noticia, dado que los contactos entre las dos naciones crecen con fines de negocios, turismo, educación, etcétera, pero ello también le facilita el arribo, como primer puerto de entrada, a quienes buscan refugio por razones lícitas e ilícitas en el país norteamericano.

En el caso de los mexicanos que solicitan su ingreso a Canadá como refugiados, las tendencias también han cambiado. En un estudio efectuado hace un par de décadas, se encontró que México ya era el mayor solicitante de refugio en Canadá. Los principales argumentos de los mexicanos que buscaban ese estatus en el país norteamericano, eran principalmente la violencia doméstica y la discriminación por su orientación sexual. Algunas de esas solicitudes fueron aprobadas, y otras tantas no. Las razones esgrimidas por quienes en la actualidad buscan el ingreso como refugiados a Canadá han variado y entre otras, figuran la violencia de parte de la delincuencia organizada y la persecución de que son víctimas por parte de las autoridades mexicanas. El problema con estas solicitudes es que para Canadá resulta muy difícil procesarlas por su cantidad, pero también porque para Ottawa es delicado recibir a mexicanos que argumentan violencia de parte de las autoridades nacionales, toda vez que no se desea que ello dañe las relaciones diplomáticas. Canadá también ha designado a México como democracia capaz de proteger a sus ciudadanos, lo que automáticamente le niega a los connacionales que buscan asilo en Canadá, la posibilidad de obtenerlo cuando argumentan persecución política. Así, el sistema de asilo y refugio de Canadá deja a los mexicanos en una situación desventajosa para explicar su situación y defender los argumentos que les permitan acceder al país norteamericano.[16]

Antes de que el gobierno de Canadá tomara la decisión de imponer en 2009 visas a todos los mexicanos que pretendían visitar ese país para fines de turismo, negocios y otros, se efectuaron consultas con las autoridades de México. El entonces Ministro de Inmigración de Canadá, Jason Kenney, explicaba que cada vez que le planteaba el problema a las autoridades mexicanas y a las de la República Checa -a cuyos nacionales también se les impuso la visa por las mismas razones-, recibía, como respuesta que el sistema de asilo y refugio canadiense posibilitaba estos abusos y que, en todo caso, Canadá tenía que reformar su legislación para lidiar con el problema. Si esto es verdad, constituye una percepción errónea de México y la República Checa, dado que tanto los países generadores de migrantes como el que los recibe –Canadá, en este caso- son corresponsables y deben trabajar de manera coordinada para buscar soluciones viables.

Cabe destacar que los nacionales de casi todo el mundo, con la excepción de Europa occidental, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y algunas islas del Caribe, requieren visa de visitantes para ingresar a Canadá, inclusive las personas procedentes de países con los que Ottawa mantiene tratados de libre comercio, como Chile (para consultar la lista completa de países a cuyos nacionales se les exige visa véase https://www.canada.ca/en/immigration-refugees-citizenship/services/visit-canada/entry-requirements-country.html). Dicho sea de paso, esta lista se parece mucho a la de los países cuyos nacionales requieren visa de visitante para ingresar a Estados Unidos (véase https://travel.state.gov/content/travel/en/us-visas/tourism-visit/visa-waiver-program.html). En el caso de México, se le pide visa a nacionales de 134 países (véase http://www.inm.gob.mx/index.php?page/Paises_visa), incluidas naciones con las que el país mantiene tratados de libre comercio, como las centroamericanas, por razones obvias –el tráfico de personas y los migrantes que intentan ingresar a territorio mexicano, como destino final o en tránsito a EEUU. Los ciudadanos canadienses que desean visitar México en condición de turistas y por estancias inferiores a los 180 días, no requieren visa (véase https://www.touristcardmx.com/entry-requirements/canadian-citizens). 

La política migratoria de Justin Trudeau y

fin del visado para ciudadanos mexicanos en 2016

Una vez que Justin Trudeau se convirtió en primer Ministro de Canadá en 2015, la cantidad de inmigrantes aceptados por Canadá pasó de 300 mil a 400 mil entre ese año y 2016. La idea de Trudeau era lograr la recepción de medio millón de inmigrantes hacia 2025. Esta iniciativa obedece a la necesidad de garantizar el funcionamiento de la economía, donde hay plazas sin ocupar y escasez de mano de obra, ello sumado al declive de las tasas de natalidad, si bien las personas a las que se busca atraer son inmigrantes calificados y jóvenes.[17]

Entre México y Canadá existe el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales instituido en los años 70 para proveer de mano de obra en el sector agrícola a las provincias canadienses. Los trabajadores mexicanos son reclutados por la Secretaría del Trabajo de México y enviados en avión a las distintas regiones de Canadá en condiciones de legalidad, esto es, con un salario, alojamiento y seguro médico garantizados. El programa es muy exitoso, dado que si bien es caro -por todos los costos que entraña el traslado de ida y vuelta de los trabajadores mexicanos- los salarios que reciben los citados connacionales son bajos. Ellos no constituyen mano de obra altamente calificada y, por lo tanto, atienden a un sector económico nicho que requiere de sus servicios durante seis meses año con año.

El programa inició en 1974 cuando México envió a los primeros jornaleros y se le considera una iniciativa modelo en lo que se refiere a migración temporal legal, ordenada y estructurada para un fin específico. El número de jornaleros mexicanos ha aumentado de manera exponencial, incluso en el marco de la pandemia del SARS-CoV2, puesto que el programa se mantuvo en aras de garantizar las labores agrícolas en previsión de una escasez mundial de alimentos. Empero, dado que el SARS-CoV2 es una enfermedad altamente contagiosa, muchos jornaleros enfermaron y fallecieron debido a las condiciones imperantes, entre ellas el alojamiento donde residían hacinados, lo que potenciaba contraer la enfermedad fácilmente.[18] A ello hay que sumar que, si bien el programa opera en condiciones de legalidad, los jornaleros mexicanos enfrentan abusos contra sus derechos humanos y laborales, al ser sometidos a jornadas mayores que las pactadas, bajos salarios, poca protección ante abusos y accidentes de trabajo.[19]

Esa categoría de migrantes agrícolas temporales se mantiene sin cambios y crece constantemente. Ahora bien, para fines del presente análisis es importante enfatizar los cambios que introdujo el gobierno de Trudeau tras su arribo al gobierno. De entrada, en 2016, puso fin a las visas que se aplicaban a los mexicanos, como un gesto colaborativo con México, en el marco de la Cumbre de Líderes de América del Norte que ese año se celebró en Ottawa. El entonces presidente mexicano Enrique Peña Nieto había hecho saber a las autoridades canadienses que no asistiría a la cumbre a menos que se le diera a México un trato digno, lo que allanó el camino para suspender la aplicación de visas.[20]

Tras esta medida, las solicitudes de asilo en Canadá se multiplicaron por parte de México. Baste mencionar que en 2016, se realizaron 260 solitudes de asilo, en tanto que en 2023 la cifra creció a 23 995, lo que implica un aumento del 9 000 por ciento. Las provincias canadienses como Ontario advirtieron a la federación que este número de solicitudes planteaba enormes retos, no sólo para procesarlas sino también en lo que se refiere al aprovisionamiento de servicios sociales y vivienda para los solicitantes.

Decisión de Canadá de imponer visas a mexicanos en 2024

Transcurrieron ocho años desde que Trudeau revirtió la política del gobierno de Stephen Harper eliminando el requisito de visas a ciudadanos mexicanos, y el 29 de febrero pasado, de nueva cuenta, se implantó la medida. En parte, Canadá ha debido pagar la factura del endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos, por lo que los solicitantes de asilo y refugio han optado por migrar a Canadá, utilizando puertos de entrada no oficiales y pobremente resguardados -es decir, sin agentes migratorios- como era el caso, hasta no hace mucho, de Roxham Road un punto de ingreso no oficial de Canadá al estado de Nueva York.[21]

Es de destacar el daño que a las relaciones México-Canadá provocó la imposición de visas en 2009. El diálogo político existente hasta ese momento se detuvo, al igual que importantes iniciativas de cooperación. Si bien con la llegada de Justin Trudeau al gobierno, se buscaron acercamientos con México y en 2016 parecía que las relaciones bilaterales se fortalecerían, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanco enrareció la incipiente camaradería que se observó en la Cumbre de Líderes de América del Norte en Ottawa en 2016.

Bajo Trump no se produjo una sola cumbre con sus homólogos canadiense y mexicano. En cambio, su administración se enfrascó en poner fin al TLCAN y lograr la aprobación del nuevo TMEC. Asimismo, su política migratoria tensó fuertemente las relaciones con México a quien se obligó a procesar las solicitades de ingreso a EEUU en territorio nacional. En el terreno comercial y durante las negociaciones del TMEC, Trump buscó eliminar el mecanismo de solución de controversias del TLCAN por considerar que este beneficiaba mayormente a Canadá. En el marco de cumbres como la del Grupo de los siete (G-7) y la de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Trump se refirió a Trudeau como “dos caras”, argumentando que el presupuesto de defensa de Canadá era bajo y que debía incrementarlo. La poca empatía personal entre ambos hizo su parte para un marcado deterioro de los vínculos entre Ottawa y Washington.

Cuando Joe Biden llegó a la Casa Blanca, se revitalizaron los vínculos con Canadá. Si bien desde 2002 se instituyó el acuerdo bilateral de tercer país seguro, en marzo de 2023 el primer ministro Trudeau y el presidente Biden acordaron una iniciativa para impedir que los inmigrantes que utilizan Roxham Road ingresen a Estados Unidos, a cambio de que Ottawa instituya un programa de apoyo a 15 mil migrantes que huyan de la violencia en países latinoamericanos.[22]

El acuerdo citado, revela el endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos y cómo Canadá se ha visto obligado a acceder a controlar la migración indocumentada desde su territorio al estadunidense. En este sentido, se observa una homologación de los criterios migratorios entre Estados Unidos y Canadá que de manera indirecta impactan en México.

Del lado de la relación entre México y Canadá, antes de que se anunciara la nueva imposición de visas por parte de Ottawa, se realizaron consultas entre las autoridades de ambos países, pero el clima político no ayudó. No sólo hay disputas con Canadá en materia energética, dado que las políticas nacionalistas del gobierno mexicano afectan inversiones ya en marcha de empresas canadienses en México, sino que la empatía personal entre Trudeau y López Obrador es mínima.

Carlo Dade, quien fuera director ejecutivo de la Fundación Canadiense para las Américas (FOCAL), considera que el problema de los solicitantes de asilo en Canadá no es nuevo, y deplora la decisión de imponer visas a México, sobre todo porque, en su opinión, gran parte del problema reside en la lentitud con la que Ottawa procesa las solicitudes. Piensa que si el proceso fuera más expedito, no habría oportunidad para que se produjeran tantas peticiones. Otro problema no menos importante es que, por lo súbito de la medida, la burocracia encargada de procesar las solicitudes de visa, se verá desbordada, amén del impacto que esto tendrá para sectores como el turismo, que deplora la medida, argumentando pérdidas económicas potencialmente millonarias. Las relaciones familiares se verán afectadas, dado que muchos familiares de residentes viajan a Canadá para visitas cortas y ahora deberán tramitar una costosa visa cuyo trámite además no suele ser expedito. Según el gobierno canadiense, el 40 por ciento de los mexicanos que desean hacer una visita corta a Canadá, deberán solicitar una visa. Ottawa también ha dicho que quienes hayan tenido una visa canadiense en el pasado o bien, que posean la visa estadunidense quedarán exentos de la medida.[23]

Pero hay otras consideraciones a ponderar. México es socio de Canadá en el TMEC. Ambos países han buscado un acercamiento en diversos ámbitos, porque ello conviene a sus intereses. Los dos tienen, en Estados Unidos, a su principal socio comercial, y son economías poco diversificadas. Pero además hay otra gama amplia de temas donde se requiere mayor interacción, como la seguridad regional, las políticas ambientales, la gobernabilidad global, la reforma de Naciones Unidas, el desarme, etcétera. México, además, es la principal puerta de entrada de Canadá a América Latina, y al instaurar el visado para todo aquel que desea visitar el país norteamericano, está imponiendo una barrera que contradice al espíritu mismo del TMEC.

Ante esto es importante manejar la problemática con responsabilidad y en un diálogo constructivo con las autoridades canadienses. Así, hay que enfrentar las causas que propician la salida de miles de mexicanos del país, muchas de ellas vinculadas a la crítica situación económica, más la violencia e inseguridad imperantes. No hay soluciones fáciles para estos problemas, y en todo caso, tomarán tiempo antes de generar resultados.

Una tarea inmediata, por supuesto, es trabajar en el desmantelamiento de todas las redes de “intermediarios” y traficantes de personas que operan en México y Canadá, que se anuncian por todas partes, y que ofrecen a ciudadanos mexicanos la posibilidad de emigrar a territorio canadiense. Estas organizaciones conocen el sistema canadiense en materia de asilo y se aprovechan del mismo, obteniendo importantes beneficios económicos, privando, al mismo tiempo, a solicitantes legítimos, de la cabal atención a sus peticiones de asilo.

Con todo, no hay que perder de vista que la imposición de visas a ciudadanos mexicanos tiene tintes políticos y que una de las razones, como se explicaba, es la homologación de los criterios migratorios canadienses con los estadunidenses.

Consideraciones finales

Las relaciones entre México y Canadá son pendulares: a veces, ambos países están más cerca y otras más lejos.[24] Los desencuentros son frecuentes. En sus vínculos bilaterales es ineludible mirar el impacto que ejerce Estados Unidos, lo que dificulta la construcción de un genuino trilateralismo, como queda de manifiesto en el tema migratorio. Hoy Canadá cierra filas con Estados Unidos, adoptando políticas migratorias cada vez más restrictivas que tienen consecuencias para México, sin que las autoridades mexicanas hayan podido explicar y defender la problemática que aqueja al país, ya no sólo como generador, sino también como destino de migrantes.

Un fenómeno común a México y Canadá en el contexto actual, es que los migrantes, al encontrar cada vez más difícil asentarse en Estados Unidos, optan por arribar y quedarse en territorio mexicano y/o en territorio canadiense. Esta realidad es la que sugiere la importancia de la creación de una política migratoria trinacional que aborde las nuevas tendencias migratorias y que establezca mecanismos justos para su reglamentación en apego al respeto de los derechos humanos de los migrantes. Las políticas de contención que se aplican en los tres países, únicamente posponen la atención de un desafío que crece y se complejiza cada vez más. Dado que en 2026 tendrá lugar la revisión del TMEC se antoja necesario abordar el tema migratorio como un componente clave más allá de las visas TN -tema éste último que, de todos modos, requiere ser abordado en lo que toca a los pocos beneficiarios mexicanos de este tipo de visado, además de la importancia de seguir avanzando en la homologación de profesiones.

El tema de los trabajadores agrícolas temporales debe ser revisado dado que, si bien el programa existente entre México y Canadá es muy exitoso e incorpora cada vez más jornaleros mexicanos año con año, requiere que las condiciones de trabajo, transporte, alojamiento, seguros médicos y demás sean conforme a lo pactado, para evitar abusos en detrimento de los trabajadores mismos.

Del lado de la alta política se requiere aprovechar los 80 años de relaciones diplomáticas para fortalecer iniciativas de cooperación en aquellos temas menos escabrosos para luego abordar la problemática migratoria y sentar las bases para un reencuentro entre México y Canadá, tan necesario en estos tiempos turbulentos.


[1] I. S. Law Firm PLCC (s/f), United States wants Canada to reimpose visas for Mexicans, fearing more asylum seekers are coming through the US – Canada border, disponible en https://www.islawfirm.com/united-states-wants-canada-to-reimpose-visas-for-mexicans-fearing-more-asylum-seekers-are-coming-through-the-us-canada-border/

[2] Marisela Amador (November 8, 2022), “Number of Mexican asylum seekers in Canada growing with most coming to Montreal2, en CBC, disponible en https://www.cbc.ca/news/canada/montreal/mexican-immigrants-increasing-1.6644221

[3] Leah Hamilton (January 7, 2024), What’s behind the dramatic shift in Canadian public opinion about immigration levels?, disponible en https://theconversation.com/whats-behind-the-dramatic-shift-in-canadian-public-opinion-about-immigration-levels-219193

[4] David Crane (1992), The Next Canadian Century. Building a Competitive Economy, Toronto, Stoddart.

[5] Phil Triadafilopoulos (2007), Dismantling White Canada: Race, Rights and the Origins of the Points System, University of Toronto, Paper prepared for the Workshop on Policy Failure at the 2007 Meeting of the Canadian Political Science Association, disponible en https://cpsa-acsp.ca/papers-2007/Triadafilopoulos.pdf

[6] Center for Constitutional Rights (2007), The Story of Maher Arar. Rendition to Torture, New York, disponible en https://ccrjustice.org/files/rendition%20to%20torture%20report.pdf

[7] Claire Porter Robbins (August 28, 2023), “Is Canada Really So Immigrant-Friendly?”, en Foreign Policy, disponible en https://foreignpolicy.com/2023/08/28/canada-immigration-trudeau-policy-multiculturalism-backlash/

[8] Leah Hamilton, Ibid.

[9] Ronnie P. A. lempert (2022), Borderless Canada. Replacement Migrations and Fifth Columnists Operating Within, Ottawa, Government of Canada.

[10] Embajada de España en Canadá. Consejería de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social (s/f), Descripción general del modelo migratorio canadiense, Ottawa, disponible en https://www.mites.gob.es/es/mundo/consejerias/canada/webempleo/es/teinteresa/ficheros/Descripcixn_general_del_sistema_migratorio_canadiense_version_para_la_web_de_Empleo.pdf

[11] Richards Jurusik Inmigration Law (January 11, 2024), Navigating the TN Visa Process under USMCA for Canadian and Mexican Nationals, disponible en https://rjimmigrationlaw.com/resources/what-is-the-difference-between-tn-visa-status-for-canadians-and-mexicans/

[12] Colin Singer (5 December 2018), Labor Mobility Under New US-Mexico-Canada Agreement Mostly Unchanged, disponible en https://www.linkedin.com/pulse/labor-mobility-under-new-us-mexico-canada-agreement-singer-lawyer

[13] Shlok Talati (Febreruary 10, 2023), ” Unemployment numbers still the worst for recent immigrants”, en New Canadian media, disponible en https://www.newcanadianmedia.ca/unemployment-numbers-still-the-worst-for-recent-immigrants-despite-being-skilled-workers/

[14] Ibid.

[15] PBS (2002), “Inmigration Law Reform Bill”, disponible en https://www.pbs.org/wgbh/frontline/wgbh/pages/frontline/shows/trail/etc/canadalaw.html

[16] Abdou Chekaraou Ibrahim y Jisong Jian (enero-junio 2019), “Understanding the Rise of Mexican Migration to Canada”, en Mexican Law Review, disponible en  https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-05782019000100055#:~:text=Mexicans%20began%20migrating%20to%20Canada,Program%20(SAWP)%20in%201966.

[17] Claire Porter Robbins, Ibid.

[18] Rosa María Vanegas García y Juan Manuel Sandoval Palacios (2021), “Los trabajadores agrícolas temporales mexicanos en Canadá y el COVID-19”, en Migración y Desarrollo, disponible en https://www.redalyc.org/journal/660/66068362003/html/

[19] Karla Angélica Valenzuela Moreno (enero-junio 2018), “La protección consular mexicana y la precarización de las y los trabajadores agrícolas temporales en Canadá”, en Norteamérica, Vol. 13, no. 1, disponible en https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-35502018000100057

[20] Mónica Verea (julio-diciembre de 2020), “La política migratoria en la era de Justin Trudeau y los efectos para los migrantes mexicanos”, en Norteamérica, Año 15, número 2, disponible en https://www.revistanorteamerica.unam.mx/index.php/nam/article/view/450/623

[21] Nadine Yousif (March 20, 2023), “Why asylum seekers are choosing Canada in record numbers”, en BBC News, disponible en https://www.bbc.com/news/world-us-canada-64825197

[22] Michael D. Shear e Ian Austen (March 23, 2023), ”U.S. and Canada Reach an Agreement on Diverting Asylum Seekers”, en The New York Times, disponible en https://www.nytimes.com/2023/03/23/us/politics/us-canada-asylum-seekers.html

[23] Rhianna Schmunk (February 29, 2024), “New visa rules for Mexican nationals turn families, tourists into collateral damage, loved ones say”, en CBS News, disponible en https://www.cbc.ca/news/politics/mexico-canada-visas-asylum-families-1.7130426

[24] Julián Durazo Hermann (abril-junio 2018), “Tan lejos y tan cerca. Las relaciones México-Canadá en perspectiva histórica”, en Foro Internacional, Vol. 58, núm. 2, disponible en https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-013X2018000200243