Lo que se puede esperar de la Cumbre Unión Europea – CELAC

Jordi Bacaria Colom

Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona


La tercera Cumbre UE-CELAC se celebrará el próximo 17 y 18 de julio en Bruselas, bajo el lema “Renovar la asociación birregional para fortalecer la paz y el desarrollo sostenible”. Estas cumbres son la extensión de las cumbres UE-América Latina y el Caribe (ALC) que se venían realizando desde 1999. Con la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en el año 2011, se retomó el diálogo institucionalizado con la Unión Europea, el cual se celebra a nivel de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno con el objetivo de celebrar cada dos años de manera alternada entre las dos regiones. La primera Cumbre se celebró en Santiago de Chile los días 26 y 27 de enero de 2013 y tomó el relevo de la última y sexta Cumbre UE-ALC. La segunda Cumbre CELAC-UE ya tuvo lugar en Bruselas en junio de 2015. Entonces se rompió el ciclo de las cumbre bianuales y alternas ya que la tercera tenía que celebrarse en 2017 en El Salvador, pero la crisis en Venezuela las interrumpió. Se celebraron cumbres ministeriales, pero han tenido que pasar casi una década para reemprender las cumbres de las Jefaturas de Estado y Gobierno.

El objetivo de la UE ha sido desde 1999 crear e impulsar una asociación estratégica birregional entre la Unión Europea y los Estados de América Latina y el Caribe. La narrativa siempre fue que ambas regiones son aliados naturales unidos por fuertes lazos históricos, culturales y económicos, que cooperan estrechamente a nivel internacional y mantienen un intenso diálogo político a todos los niveles: regional, subregional y también cada vez más a nivel bilateral. Sin embargo, esta cooperación que en lo comercial y bilateral ha funcionado relativamente bien, con distintos acuerdos de libre comercio (México, Chile, Comunidad Andina, Centro América, CARICOM), ha sufrido un distanciamiento por distintas razones a pesar de los esfuerzos no siempre constantes de la Unión Europea por mantener la relación birregional. China con su incremento del comercio e inversiones en América Latina ha sido una de las razones del distanciamiento por parte americana, la otra ha sido que la Unión Europea no ha sabido o no ha podido establecer vínculos más solidos en esta relación. Sin dejar de contar las crisis y cambios políticos que han ido obstruyendo la acordada realización de las cumbres. El brexit ha tenido ocupada la Unión Europea un largo período e incluso la invasión de Ucrania ha cambiado el marco geopolítico en esta relación.

La Presidencia rotatoria semestral española del Consejo de la UE que inicia el 1 de julio, ha establecido una agenda ambiciosa en la que la relación con ALC se ha señalado como prioritaria. En España, los debates políticos y empresariales sobre el interés en AL que justifican la agenda del gobierno son recurrentes en estos últimos meses, sin que haya un equivalente en AL sobre el interés de la región en Europa. Es más, quien podría liderar este debate es Brasil, pero se enfoca más en UNASUR que en CELAC si se considera los manifestado por Lula da Silva en la reunión de presidentes sudamericanos en Brasilia el 30 de mayo 2023, donde no hay siquiera una referencia a CELAC.

Por el momento la cumbre se inicia con un gran hándicap que es la convocatoria de elecciones al Parlamento español el 26 de julio, que podría dar como resultado un cambio en la presidencia del gobierno. De momento Sánchez ya ha tenido que renunciar hasta pasadas las elecciones a su comparecencia como presidente de turno del Consejo de la Unión para presentar sus prioridades para el nuevo semestre ante el Parlamento Europeo. Sin embargo, el cumplimiento de los acuerdos de la Cumbre están garantizados por parte europea ya que: El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel es quién representa a la UE en la Cumbre. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen es la responsable del ejecutivo. El Alto Representante (AR) de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, preside la reunión de ministros de Asuntos Exteriores en el Consejo de la UE, coordina la política exterior y es vicepresidente de la Comisión Europea quien vela por la coherencia y eficacia de la acción exterior general de la UE en los ámbitos de la ayuda al desarrollo, el comercio, la ayuda humanitaria y la respuesta a las crisis. Además, los Estados miembros que ejercen la Presidencia colaboran estrechamente en grupos de tres, denominados «Tríos», El Trío fija los objetivos a largo plazo y elabora un programa común con los temas y principales asuntos que abordará el Consejo en un periodo de dieciocho meses. España está en el “Trío” hasta finales de 2024.

Frente a esta compleja organización de la UE, por el lado ALC, la presidencia pro tempore anual de la CELAC recae en el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph E. Gonsalves, país que por su tamaño (poco más de 100 mil habitantes) y economía no se caracteriza por su potencia diplomática.

España ha señalado como objetivos cerrar el “modernización” del Acuerdo Global con México, el de Asociación con Chile y alcanzar el acuerdo con Mercosur. Difícil tarea, pues el acuerdo con México se podía haber cerrado si México hubiese aceptado la separación del acuerdo comercial (el cual la UE puede iniciar su inicio provisional sin la ratificación de los Estados) del acuerdo Global de ámbito más político con algunos temas de inversiones que requiere la conformidad de los Estados miembros. Brasil y Argentina, las potencias de Mercosur no están en su mejor momento, Brasil por el cuestionamiento de su liderazgo regional y Argentina por las elecciones presidenciales y legislativas en octubre. Lo que no se concluya en esta Cumbre se va a retrasar en el tiempo. En junio de 2024 hay elecciones al Parlamento Europeo y posibles cambios en la presidencia de la Comisión Europea, además de relevos en las presidencias del Consejo Europeo y del Alto Representante (finales de 2024). En cuanto se conozca los mandatarios que acuden a Bruselas se tendrá un indicador el interés de ambas partes. La realidad es que 33 Estados de ALC tan diversos y fragmentados y 27 de la UE con sus diferencias sobre temas como el apoyo a Ucrania, no son la mejor combinación para convergir en intereses comunes y alcanzar una declaración que no sea mera retórica de mínimos. Por el momento ya será un éxito que se mantenga la relación birregional y que se pueda organizar la próxima en América en 2025.